Wifredo Lam nació y creció en la población de Sagua la Grande, centro azucarero de Cuba. Desde la década de 1920, viajó constantemente a Europa y se integró a los círculos de intelectuales que frecuentaban los artistas de vanguardia. Su cercanía y admiración por Pablo Picasso fue definitiva para su carrera como pintor. Conoció también a los poetas y pintores del surrealismo, y estrechó lazos de amistad con André Bretón y Aimé Césaire, entre otros. A través del surrealismo, Lam acudió a las tradiciones espirituales de la santería de herencia africana, como fuente de investigación pictórica, mediado por los recursos de experimentación que le otorgaron las vanguardias.
La obra de Wifredo Lam es un excelente ejemplo de sincretismo cultural, en el que se aportan y enriquecen mutuamente las referencias visuales de distintas geografías y temporalidades. En la pintura que pertenece a la colección del MAC Lima aparece una representación lineal de un animal fantástico similar a un pájaro, realizado en una paleta de color reducida y neutral. Estas características lo asemejan a otras obras fechadas el mismo año, con el título de “Gallo Caribe”. La figura protagónica de esta obra revela rasgos de ave, con un pico y alas, que parecen integrarse con las de otro ser ubicado en la parte posterior. De ser un gallo, la iconografía coincide con un motivo pintado por su amigo Picasso en varias de sus obras del periodo cubista. También puede hacer alusión a la representación tradicional del orisha Osun, deidad vigilante de los creyentes del pueblo yoruba.